lunes, 31 de diciembre de 2012

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sábado, 21 de julio de 2012

Perdóname Marianne, te había olvidado...

Marianne Faithfull
   No necesito que te mueras para acordarme de ti.


  A principios de los años 80, el Marioca Ranza me prestó un disco de Marianne Faithfull, Broken English, que la verdad me encantó. Lo grabé como era menester en ese tiempo, y recuerdo que lo hice en un cassette Memorex y lo conservé por muchos años.  Hace unos cinco o seis años al escucharlo, me di cuenta que con todo y lo que me había impactado en su momento, ya había olvidado lo que en ese tiempo me había contado Marianne a través de sus canciones. 
     Y pasa como con los libros, hace no mucho, acomodando un librero, me topé con La construcción de la torre, de William Golding y al hojearlo me daba la impresión de que no lo había leído nunca; han pasado ya veintiséis años desde la primera vez que lo leí y lo repasé un año después.  Mala memoria, una bendición.  ¿Porqué?.  Porque los puede uno releer como si fuera un libro nuevo y entretenerse y descubrir, con otros ojos, cosas que en su momento ni siquiera alcance a entender. 
     Luego resulta que hace no mucho tiempo baje de la red Broken English y lo metí al iPhone y en una selección aleatoria de canciones  !toma!, que la primera pieza era The Ballad of Lucy Jordan y venga la cascada de recuerdos de cuando la escuché por primera vez.  Y debo reconocer que como toda la vida andaba uno haciéndole al crítico de música, no había pieza de la que no investigara santo y seña con el propósito de entender mejor que quería decir toda la narración de esa y otras piezas.  A mi me había llamado la atención, entre otras cosas, que la pieza era una adaptación de la que había interpretado Dr. Hook (el del Medicine Show) que también cantaba las famosísimas The Cover of the Rolling Stone, Silvia´s Mother y A Boy named Sue.  
     Mas mi sorpresa había sido que además, The Ballad of Lucy Jordan era de un escritor y poeta muy importante: Shel Silverstein (http://www.shelsilverstein.com/play.asp), quien es un tipazo que se había iniciado como carticaturista en la revista Playboy en los años cincuenta e igual escribía canciones para Dr.Hook & The Medicine Show, como cuentos e historias para niños, que es donde, digamos, se especializó.  Con Dr. Hook la canción practicamente pasó desapercibida;  Marianne la convirtió en una pieza que  para algunos de mi generación y preferencias, es convertida en un verdadero poema.  Y ahora resulta que me doy cuenta que Marianne, ahora vieja y gorda, la sigue cantando de manera extraordinaria o bueno, me parece que así es.  
   A veces me pregunto porque en nuestro idioma los movimientos artísticos, incluida la música contemporánea es tan... tan...débil.  Y siempre me doy  la misma respuesta, es una cuestión de educación. Por desgracia, pareciera que las esperanzas de tener algo mejor sigue lejos, toda vez que ahora, hasta el presidente electo ni siquiera se acuerda de tres libros que haya leído; ya de perdis los que se supone que leyó cuando fué a la universidad o, ¿habrá leído algún libro siquiera en su etapa de estudiante?.  Porque yo se de jóvenes universitarios que nunca en su vida han leído un libro. Hay en youtube una buena cantidad de interpretaciones a través de los años, ya mas de treinta, y al menos, por curiosidad, vale la pena escucharla.  Dejo éstos links:

viernes, 22 de junio de 2012

sábado, 16 de junio de 2012

Ser Urbano


Seres Urbanos

Independientemente de la concepción personal  que tengamos, como ciudadano se define a todo aquello o a aquel que pertenece a la ciudad o es relativo a la misma. Y a la ciudad se le define como el área urbana que cuenta con una elevada densidad de población y le distingue que sus miembros no se dedican a la agricultura.  De ahí entonces que las personas que se dedican a esta última actividad, los campesinos, sean vistos como lo contrario a los seres urbanos, a los citadinos, a los ciudadanos.  Cosa más extraña entonces sería decir que los campesinos no son ciudadanos.  Aparece entonces la definición “política” de ciudadano, que define a cada uno de los nacidos en una entidad geopolítica determinada y que de acuerdo a la legislación de ese estado, adquiere obligaciones y derechos para la vida social y política de donde pertenece. De ahí que el medio o espacio rural tiene además a ser difícil de definir, aun cuando una manera de aproximarnos a ello, sería decir que se trata de la áreas no urbanizadas cuyo fin  o propósito es utilizarla para actividades agropecuarias, agroindustriales, extractivas u otras dedicadas a actividades primarias de la economía.
                Regresando el ciudadano, digamos urbano, es quien entonces se dedica a actividades de sectores secundario o terciario, es decir, comercio o servicios principalmente, o bien industria de la transformación en todas sus variantes, vive en extensiones territoriales que le define una más alta densidad de población, así como la provisión de bienes y servicios adecuados a las necesidades que crea su condición de formación de comunidades urbanas.

El ciudadano, como el marinero, es miembro de una asociación. A bordo, aunque cada cual tenga un empleo diferente, siendo uno remero, otro piloto, éste segundo, aquél el encargado de tal o de cual función, es claro que, a pesar de las funciones o deberes que constituyen, propiamente hablando, una virtud especial para cada uno de ellos, todos sin embargo concurren a un fin común, es decir, a la salvación de la tripulación, que todos tratan de asegurar, y a que todos aspiran igualmente.
Aristóteles, Política, Libro Tercero, cap. II

Al referirnos a las necesidades básicas del ser humano, que son para todos las mismas, y entendiendo que una sociedad debe tender a ser democrática e igualitaria al procurar ser justa para con los ciudadanos, vemos como hay elementos que deberá de proveerse para asegurar el equilibrio de la vida y la procuración de la felicidad dentro de un ámbito urbano.  Es obligación del estado, organismo de creación ciudadano, proveer los medios para que los ciudadanos obtengan esos satisfactores.

Enumeremos las cosas mismas a fin de ilustrar la cuestión: en primer lugar, las subsistencias; después las artes, indispensables a la vida, que tiene necesidad de muchos instrumentos; luego las armas, sin las que no se concibe la asociación, para apoyar la autoridad pública en el interior contra las facciones, y para rechazar los enemigos de fuera que puedan atacarlos; en cuarto lugar, cierta abundancia de riquezas, tanto para atender a las necesidades interiores como para la guerra; en quinto lugar, y bien podíamos haberlo puesto a la cabeza, el culto divino, o como suele llamársele, el sacerdocio; en fin, y este es el objeto más importante: la decisión de los asuntos de interés general y de los procesos individuales.
Aristóteles, Política, Libro Cuarto, cap. VII


Toda vez que nuestra cultura, si bien hoy globalizada, está enraizada en conceptos de origen griego y romano, tanto en lo cultural como en lo político y lo jurídico, y esta vinculación da sentido a muchas de nuestras formas de pensar y actuar, es que me refiero a Aristóteles nuevamente cuando dice en el mismo texto enunciado anteriormente, renglones adelante: la agregación que constituye la ciudad no es una agregación cualquiera, sino que, repito, es una agregación de hombres de modo que puedan satisfacer todas las necesidades de su existencia.  Si uno de los elementos enumerados llegan a faltar, entonces es radicalmente imposible que la asociación se baste a sí misma.  El estado exige imperiosamente todas estas estas diversas funciones: necesita trabajadores que aseguren la subsistencia de los ciudadanos, necesita artistas, guerreros, gentes ricas, pontífices y jueces, que velen por la satisfacción de sus necesidades y por sus intereses.”

El ciudadano pues, tanto el urbano como el  rural, tiene derechos y obligaciones en su condición de habitante, aunque no todos del espacio urbano, siendo marineros todos del mismo barco. Así mismo, todos los ciudadanos deben de tener la oportunidad de recibir lo básico o fundamental para una vida plena y ésta por supuesto quedará definida, en sus alcances y dimensiones, por su propio nivel cultural y social, siendo deseable que en todos sea el mismo, aun cuando sabemos que en razón a características ya particulares de los individuos, habrá diferencias sustanciales entre los miembros de cada sociedad urbana en particular.  Por ello, también es de gran importancia que, la educación y cultura que se transmita a los ciudadanos, contenga los elementos mínimos de conocimiento y competencia que les permita vivir la ciudad de la mejor manera posible.

A manera de conclusión, los ciudadanos son responsables junto con el Estado que ellos mismos conforman, de proveer lo necesario para establecer los mínimos de una vida plena para cada uno de ellos, satisfaciendo primero “las subsistencias” e inmediatamente después, los demás satisfactores e intereses que hagan de su vida no sólo la oportunidad de sobrevivir, sino de vivir y realizarse plenamente en lo material y en lo espiritual.  Por supuesto que esto es sumamente amplio y complejo y habremos de ampliarnos luego en la búsqueda de definiciones más concretas y específicas que nos permitan buscar y encontrar los medios de lograrlo.

jueves, 3 de mayo de 2012


El día de la Santa Cruz o día del Albañil
            En toda sociedad, a lo largo del año, se llevan a cabo celebraciones cívicas, políticas o religiosas que rompen la monotonía de las rutinarias actividades relacionadas con el trabajo, el estudio y demás actividades productivas y nos recuerdan eventos importantes de nuestra historia.  En algunos casos se tiene, como son las fechas cívicas, celebraciones que en todo el país se festejan como sucede con el 16 de septiembre o el 20 de noviembre, correspondientes a la lucha de independencia o  de la revolución; otras como el 25 de diciembre que corresponde a la Navidad, se celebra en casi todo el mundo y hay otras muy locales, como el 14 de Marzo que corresponde al aniversario de la fundación de nuestra ciudad, Mexicali.  Ninguna de estas celebraciones son selectivas de algún sector de la población.  
            Hay también  celebraciones que de manera particular, que bien se celebran en todo el país, no corresponde a la población completa el recordar la fecha y festejarla.  Es el caso particular del Día de la Santa Cruz o Día del Albañil, que su festejo se focaliza en toda construcción en prácticamente todo el país y con manifestaciones o expresiones muy diversas.
            En el mundo católico dos celebraciones están vinculadas de manera directa a la cruz de Cristo: la Exaltación de la Cruz, que se celebra el día 14 de Septiembre y la Invención o Hallazgo de la Cruz, que se conmemora el 3 de Mayo, siendo ésta última la que se relaciona con la el día de la Santa Cruz que para muchos es el día del Albañil.
            El origen de esta celebración está vinculado a una serie de eventos ubicados en el imperio romano del siglo IV, en el que, el centro de la acciones es  Constantino el Grande. Siendo emperador de Roma desde 306, tuvo que enfrentar en el año 312 a Majencio quien también se ostentaba como emperador de Roma.  Ambos militares tendrían un enfrentamiento en el que, contando Majencio con un ejército más numeroso Constantino temía ser derrotado. En la víspera a la batalla, marchando con sus soldados rumbo al Puente Milvio, lugar donde se desarrollaría la batalla al día siguiente, ve Constantino en el sol una cruz.  Esa misma noche, tiene un sueño, donde ve una cruz con una inscripción que dice “In Hoc Signo Vinces” (“por este signo vencerás”).  A la mañana siguiente, ordena a sus soldados elaborar lo que ahora conocemos como “lábaros” en los que se inscribe un cruz y la leyenda ”IHSV”.  La batalla la gana Constantino el Grande, derrotando a Majencio y se proclama emperador absoluto de Roma desde ese día, el 28 de octubre del 312 y hasta su muerte en el 372.
            Al siguiente año, 313,  proclamó el Edicto de Milán, en el que se despenaliza la práctica del cristianismo, quienes eran perseguidos por el trono romano.  Poco tiempo después, la madre de Constantino, Elena, viaja a Jerusalén a buscar la Cruz en la que Cristo fuera crucificado y acompañado por trabajadores de la construcción, localizaron tres cruces en el Monte Calvario un día 3 de Mayo. Con el propósito de verificar su veracidad, se dice que cada una de ellas le fue acercada a un joven que recién había muerto, y una de ellas lo resucitó, siendo ésta cruz la que se consideró la de Cristo y fue llevada a Roma.  El culto se desarrolló en los siglos siguientes, convirtiéndose la cruz en un importante signo en la iconografía religiosa, tal como lo hemos podido constatar en las expresiones de arte religioso, llegando a todas las sociedades que se convirtieron durante el medioevo al cristianismo.
                        Poco tiempo después de la llegada de los españoles a tierras americanas, la expedición al mando de Juan de Grijalva, sobrino de Diego Velázquez de Cuellar, entonces gobernador de la Isla de Cuba, y preparada desde enero de 1518, parte el 8 de Abril de ese año para finalmente llegar a las costas de la Isla de Cozumel, que fuera nombrada Santa Cruz de Puerta Latina, por haber llegado precisamente el día 3 de mayo siguiente, fecha misma del hallazgo de la cruz por Santa Elena.  Por cierto que a la península de Yucatán le llamaron Isla Rica, toda vez que suponían que al igual de Cozumel, Yucatán era una isla.
            Pero no es sino hasta 1523 cuando la exaltación de la Cruz adquiere una mayor presencia en nuestra tierra, ya que Fray Pieter van der Moere, mejor conocido Fray Pedro de Gante, franciscano de origen Belga, llega a México e inicia una incasable labor de educación y evangelización.  Cuando incorpora, en 1525 la escuela de artes y oficios en San José de Belén de los Naturales, adjunto al Convento de San Francisco, y se enseñan diferentes artes y oficios como la música, la pintura, las letras, la escultura y la construcción.  En este último oficio, dentro del contenido religioso, incorpora la veneración de la Santa Cruz y toma como referencia el día 3 de Mayo, la llegada de esa imagen a tierra americana.
            Es por demás complicado seguir la huella a una tradición que como casi todas las llegadas a Mexico por medio de los españoles y que fueron  mezclándose con las tradiciones y culturas indígenas, ya que fueron tomando expresiones muy diversas. Llega a su plenitud la celebración del día de la Santa Cruz a finales del siglo XVIII. Cada pueblo y cada región la fueron asumiendo a su muy particular manera de vivirla, pero lo que sí es claro, es que quien la adoptó de manera personal fue la gente cuyo oficio estaba relacionado con la construcción.  A partir de la guerra de independencia y de la revolución mexicana, la celebración va adquiriendo sesgos diversos toda vez que la influencia católica en el colectivo nacional da giros influidos por las políticas de quienes ostentan el poder.  La tradición permanece con gran fuerza en unas regiones y se desvanece en otras, pero al día de hoy, ahí está: el Día de la Santa Cruz o Día del Albañil.
            Días antes del 3 de mayo de cada año, entre el personal de toda obra, la expectación inicia esperando siempre tener una celebración memorable.  Muy temprano, ese día, los trabajadores llegaran con un espíritu diferente a cualquier día de trabajo.  Lo primero que harán en esa jornada de trabajo será buscar, entre los materiales de la obra, un par de tablas o barrotes para configurar una cruz, como la de Cristo, que será ornamentada con papel de china, papel crepé, o cualquier otro material que han de llevar ex profeso de casa o mandarán a algún chalán a comprar en algún lugar cercano. 
            Las dimensiones de la cruz varían, y van desde una modesta cruz de menos de un metro de altura, hasta una de tamaño natural,  a escala humana.  Es común que esta cruz se elabore con un gran colorido y será colocada en el lugar más alto y visible de la construcción, exhibiéndose con orgullo y esperando a la vez, contar con la protección de Dios en los trabajos que día a día se desarrollan en las obras de edificación.  En algunas ocasiones, las cruces son llevadas al tempo católico más cercano para que sean bendecidas por el sacerdote del lugar.
            Las tareas cotidianas continúan hasta la hora del lunch, lonche o almuerzo, que se acostumbra a las 12:00 mediodía.  A esa hora deberá de iniciar la fiesta.  El anfitrión es el patrón, sea el dueño de la edificación o su representante que es el arquitecto, el ingeniero o el contratista que está a cargo de los trabajadores.  Al anfitrión le tocara preparar todo lo concerniente a los alimentos y las bebidas;  los trabajadores, que son los festejados, prepararan el espacio para que se lleve a cabo la celebración.  Según la costumbre del lugar y los gustos de los agasajados, se podrá preparar carne asada, barbacoa, carnitas, tamales u otros platillos.  La cerveza y las sodas son parte indispensable del menú, aunque normalmente éstas últimas serán sólo para aquellos abstemios, alcohólicos en tratamiento (los que no estén en tratamiento, no) o quienes estén pagando una manda o algo así.  Los trabajadores de la obra improvisaran, normalmente, mobiliario como mesas y sillas con bloques y tablones, triplay y otros materiales y elementos de uso común en la obra, como escaleras, andamios y más.  En un ambiente de fiesta, trabajadores y patrones conviven alrededor del motivo, la celebración de la Santa Cruz, que aunque la celebración es más pagana que religiosa (lo supiera Constantino I y le da un ataque, ya que después de su conversión se dedicó a corretear paganos).
            Con frecuencia, los trabajadores, sean albañiles, medias cucharas, peones, electricistas, plomeros, carpinteros y demás, invitan a familiares o amigos y de igual manera los anfitriones llevan a familiares y amigos, colegas y demás, con carácter de “colados”, pero amablemente aceptados.
            La fiesta se prolonga normalmente hasta una hora adecuada cercana al tiempo que se concluyen los trabajos diarios, sean las cuatro o cinco de la tarde.  Seguramente habrá picados que se quieran quedar a tomar un poco más de cerveza o algún otro licor o aguardiente que no faltará, pero habrá que recordar que al siguiente día las labores iniciaran a las siete de la mañana o bien, que cuando el alcohol excede los límites de cada quien, afloran con frecuencia algunas diferencias entre los invitados que pueden hacer perder la cordura e iniciar agresiones que hagan que la celebración termine como “el Rosario de Amozoc”.
            De cualquier manera, se llega el momento de despedirse, recoger basuras y acomodar el improvisado mobiliario usado en  la fiesta.
            Esta fecha es, a final de cuentas, una gran oportunidad que tenemos los arquitectos y constructores de agasajar a quienes, me diría en alguna ocasión el finado y muy estimado Arq. David Sánchez Ramírez, “nos dan de comer con sus manos todo el año”.
            La preservación de tradiciones y costumbres nos da sentido cultural.  Nuestras formas de pensar, de actuar, de sentir en relación con nosotros mismos y la expresión de estas formas crean cultura.  Los gremios relacionados con la construcción, antes que engranaje de una industria, somos personas, somos ciudadanos y somos mexicanos, y mexicanos que tenemos, al menos aquí en Mexicali, una manera muy particular de celebrar el día de la Santa Cruz, el día del Albañil.

martes, 24 de abril de 2012


Del Rancho Grande a la Ciudad.
Vivimos y trabajamos modelos de sociedad que desconocen la complejidad creciente de la sociedad real en que estamos inmersos.  De allí que observamos el quehacer  febril y obsesionado de los tecnócratas que diseñan soluciones antes de haber identificado el ámbito real de los problemas”.
 Max-Neef, Manfred.
DESARROLLO A ESCALA HUMANA,
Montevideo, Ed. Nordan Comunidad, 1993.

                De malo nada tiene que quien tome decisiones políticas o administrativas en un gobierno tenga una formación técnica especializada, ya que ésta le permite, en un ámbito particular, poder estudiar a detalle algunas de las variables de problemáticas más amplias.  El problema de la tecnocracia es que pase por alto otras consideraciones de tipo político, ideológico, cultural o social que son parte de la realidad de los seres humanos y sus decisiones estén sólo vistas a través de su manera de ver el mundo. 
                  Esto viene a colación ahora que empezamos a tocar temas relacionados con la Urbanofilia expresada anteriormente en este blog, ya que la manera como tendremos que revisar esta tendencia tendrá siempre una buena cantidad de perspectivas que no solo requieren de la aplicación de las “técnicas” aplicables de determinadas disciplinas, sino que también deberá de colarse una visión intuitiva, una visión más conectada con los fenómenos de percepción que la propia población tiene respecto a las conductas que se dan en la vida de la ciudad.  No podemos dejar por un lado que cualquier acción que se tome en relación con la mejora de la condiciones de vida, de la calidad de vida de los ciudadanos, deberá de ir de la mano con su propia manera de ver la cosas y si, por supuesto, evaluando de manera objetiva también lo que se considera que efectivamente puede mejorar esas características de la vida de los habitantes de la ciudad.
                Hace algunos años, cuando apenas nos iniciábamos en el manejo de las tecnologías de la información, era muy difícil pensar que cualquier usuario de estos sistemas podría hacer lo que hoy podemos hacer.  Me refiero a que los equipos y software cada vez son más amigables con el usuario y nos permiten configurar una buena cantidad de variables optativas de los sistemas informáticos.  Por ejemplo, una oficina pequeña tenía que hacer una inversión importante para poder tener sus equipos, computadoras y periféricos en red.  El día de hoy cualquier usuario podemos hacer con gran facilidad esa red local sin tener que solicitar la participación de un especialista.  Finalmente, configuramos nuestras redes de acuerdo a nuestras necesidades. Por supuesto que con ciertas limitaciones pero, insisto, antes ni pensarlo.
                Es común el utilizar expresiones como “amigable” al referirnos al manejo de algunos equipos y esto quiere decir que el sistema trabaja de tal manera que podemos nosotros intuir como se comunica con nosotros y como comunicamos nosotros las acciones a realizar por un equipo.  Qué lejos estamos de aquellos lenguajes de programación como el Basic, que era necesario aprender para poder usar una computadora.  Mi primera experiencia fue con una Timex Sinclair ZX81, con 1K de memoria.
                Para quienes empezamos a escribir usando teclados en máquinas de escribir mecánicas (Olivetti Lettera 32) y después pasamos a las maquinas eléctricas (IMB Selectric) y finalmente al uso de las computadoras, sabemos de los gigantescos avances que significa esto y las grandes facilidades que otorga el uso de estos equipos.  El usuario final, nosotros, podemos hacer ahora un texto que, dependiendo de las habilidades personales de cada quien, puede estar listo al terminar de pensar en su contenido que se va tecleando y acomodando, y corrigiendo, conforme se escribe, de tal suerte que al final de escribir puede ser que esté listo para su impresión.  Ha habido un largo proceso de adaptación y aprendizaje.
                ¿Qué nos pasa en relación con el “uso” de la ciudad?  ¿Porque parece que no avanzamos en la mejora de la calidad de vida? ¿Qué tanto participa el ciudadano en la conformación de la vida en la ciudad? ¿Qué tanto aprendemos a vivir la ciudad?
                Desde el tecnócrata o el político que gobierna hasta el más sobresaliente o humilde de los ciudadanos, tenemos que aprender a vivir todos y cada uno de los espacios públicos o privados de la ciudad, de tal manera que el bien común se convierta en bien propio y cada esfuerzo tenga resultados satisfactorios o al menos aceptables para todos.  Habrá a quienes se les tendrá a que ayudar, orientar y formar para desarrollar algunas actividades convenientemente y otros que tendrán más facilidad para hacerlo de manera natural.  Sin embargo, todos tendremos que hacer un esfuerzo para salir del  rancho.
                Probablemente uno de los pasos más importantes será el aprender a expresar la experiencia del usuario, con sus tendencias, necesidades, deseos y sueños, por un lado; y el de aprender a escuchar y procesar esa información para traducirla en acciones que vayan mejorando las condiciones de vida por otro lado, de parte de quienes toman las decisiones para accionar positivamente la evolución de nuestra ciudad.
                Finalmente, si no es con la participación de todos, de muy diversas maneras que tendremos que descubrir, difícilmente podremos dar el mas mínimo paso para, saliendo del Rancho, llegar a la ciudad.

miércoles, 4 de abril de 2012

URBANOFILO. Cultura y educación en ser urbano, una posibilidad para el desarrollo de la ciudad.



     Si bien se presume que la población de las ciudades de la frontera norte de nuestro país es compuesta por gente que es cálida y amable, y que acoge con apertura a los inmigrantes que han venido llegando a estos lugares de manera constante desde sus fundaciones; es también esto, en gran parte, la circunstancia que limita de manera tácita su desarrollo como ciudad.  La condición multicultural restringe en cierto modo las posibilidades de conceptualizar de manera integral o unitaria, para la población, algunas características definitorias de la cultura local.  La historia se viene escribiendo en períodos relativamente cortos y no ha permitido fortalecer los valores que dan coherencia a una cultura particular.  La educación formal pretende, sin duda, igualar las condiciones de conocimiento y destrezas necesarias para desenvolverse de manera exitosa social y económicamente, bajo la teoría del capital humano, dando por hecho que habrá mejoras futuras en la calidad de vida, tanto en lo económico, como en lo sociocultural.  La realidad nos muestra que esta educación, estos procesos de enseñanza-aprendizaje tradicionales no rompen con los hábitos negativos para la convivencia ciudadana, es decir, urbana; simplemente porque no se ha observado la importancia que puede tener una educación que además de preparar para la subsistencia económica fortalezca los aspectos necesarios para el desarrollo pleno del hombre en su hábitat natural, la ciudad.
    Por ello, habemos quienes pensamos que en la educación de los individuos se deberán de incorporar los elementos de conocimiento necesario, así como destrezas y habilidades, para un mejor vivir en la ciudad.  Por supuesto que no es claro cómo, bajo las características de los modelos educativos conocidos, pueda esto ser incorporado.  O cómo, con medios nuevos puede ser ofrecido, de tal suerte que la información y formación llegue a los seres urbanos, es decir, a los habitantes de la ciudad.
    De lo que si estamos seguros es que la manera como se ha venido desarrollando Mexicali tiene relegado al ciudadano, de modo que ni nosotros mismos terminamos de identificarnos con nuestra ciudad y para quienes no son nativos de este lugar, de igual manera se les dificulta encontrarle sentido a la vida urbana Mexicalense.
    De manera directa o indirecta, somos co-responsables de contaminación de todo tipo: del aire, ruido, residuos sólidos, agua y más; problemas de vialidad y transporte, carencia de espacios verdes, estrés de la población y muchos problemas más.  Tradicionalmente se culpa a las autoridades en turno pero sólo señalándolo como responsable del desorden y difícilmente asumimos nuestra propia responsabilidad por la manera como vivimos la ciudad.
   Los temas son muchos y muy diversos y la idea es abrirnos a la identificación de éstos problemas, para poder así empezar a buscar soluciones ciudadanas donde el protagonista de la respuesta seamos nosotros mismos, con lo que ello implica.
  Y sí, me regreso a la idea de que de principio es un problema de educación y cultura. Y si no caminamos en ese sentido, creo que seguiremos alucinando en el Rancho Grande.
  A partir de hoy, de entre las ideas que se plasmen en este blog, algunas irán en la serie que he nombrado Urbanófilo, y el propósito será ir ventilando ideas que nos ayuden a integrar una serie de temas que más adelante puedan conformar un proyecto de educación y cultura para los habitantes, de tal suerte que se integre a nuevos programas de…¿vivienda?, ¿limpieza? ¿educativos en general?... ahora no lo sé.  Entonces veremos.
  Ya regresamos.

martes, 21 de febrero de 2012

Ooops

Pues mal. Promesa no cumplida. Pero bueno, creo que ya es tiempo de echar a volar ésto. Han sucedido muchas cosas en nuestro entorno y vienen muchas más. Si nuestra preocupación gira en torno a la calidad de nuestros espacios, tanto por nuestro propio andar diario, como por la naturaleza de nuestro oficio, este blog toma un nuevo aire y procuraremos ponerlo al día (o a la semana o al mes) para darle un ritmo concreto al desarrollo de las ideas que danzan en nuestra cabeza. Se abren nuevas secciones temáticas y se abordarán tópicos para retroalimentar con un par de lectores que andan por ahí aún.
Un abrazo, y feliz año nuevo, el que inicia hoy, prácticamente con la Cuaresma 2012.